Fátima (Portugal), 13 mayo:Benedicto XVI dijo hoy en Fátima que "se equivocan" quienes piensan que el mensaje de la Virgen de Fátima "ha terminado", ya que aquí -aseguró- "permanece el proyecto de Dios para el hombre y aunque éste ha intentado desencadenar un ciclo de muertes y terror no lo ha conseguido.
"El mensaje llama a la conversión permanente, a la penitencia y a las virtudes teologales fe, esperanza y caridad", indicó el Papa.
Ante medio millón de personas, miles de ellas españolas, que abarrotaron la explanada del santuario de Fátima, Benedicto XVI ofició hoy la misa solemne en el día en que la Iglesia conmemora la primera de las seis apariciones de la Virgen en 1917 a los tres niños pastores videntes Lucía, Jacinta y Francisco.
El Obispo de Roma dijo que ya en las Sagradas Escrituras aparece que Dios busca justos para salvar "la ciudad de los hombres" y que lo mismo hizo aquí, en Fátima, donde la Virgen preguntó a los niños que "si querían ofrecerse a Dios para soportar todos los sufrimientos que les mandase para reparar los pecados con los que se ofende a su Hijo".
María bajó a este lugar del centro de Portugal, a la llamada Cova di Iria, para cambiar el corazón de aquellas personas "que están dispuestas a sacrificar sus vínculos más sagrados en el altar de los egoísmos de las naciones, razas e ideologías".
"El mensaje llama a la conversión permanente, a la penitencia y a las virtudes teologales fe, esperanza y caridad", indicó el Papa.
Ante medio millón de personas, miles de ellas españolas, que abarrotaron la explanada del santuario de Fátima, Benedicto XVI ofició hoy la misa solemne en el día en que la Iglesia conmemora la primera de las seis apariciones de la Virgen en 1917 a los tres niños pastores videntes Lucía, Jacinta y Francisco.
El Obispo de Roma dijo que ya en las Sagradas Escrituras aparece que Dios busca justos para salvar "la ciudad de los hombres" y que lo mismo hizo aquí, en Fátima, donde la Virgen preguntó a los niños que "si querían ofrecerse a Dios para soportar todos los sufrimientos que les mandase para reparar los pecados con los que se ofende a su Hijo".
María bajó a este lugar del centro de Portugal, a la llamada Cova di Iria, para cambiar el corazón de aquellas personas "que están dispuestas a sacrificar sus vínculos más sagrados en el altar de los egoísmos de las naciones, razas e ideologías".
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