"Hasta el arzobispo de Puerto Príncipe ha muerto". Quien habla así es Max Beauvoir, desde su residencia, a una hora de Puerto Príncipe. Un lugar con tanto misterio como el que destila este notable de una práctica religiosa a la que muy pocos reconocen pertenecer, pero que prácticamente todos practican en Haití. Él fue una de las primeras personas con las que se reunió el presidente René Préval pocos días después del terremoto. Con él habló del desastre en que había quedado convertido Haití y de la ayuda internacional.
El 'papa' del vudú recibe a ELMUNDO.es en su casa de Mariani, un laberinto de mangos y palmeras jalonado de esculturas de piedra y cuya pequeña plaza con gradas está lista para una ceremonia. Y lo hace indignado. Vestido de forma impecable, con un pantalón y una especie de guayabera blancos, explica su enfado: "Estamos muy contentos de ver a todos los extranjeros ayudándonos, pero después de 12 días los vuduístas no han visto un grano de arroz. Lo único que vemos son grandes aviones paseando por encima de nuestras casas. Ésta es una más de las discriminaciones que llevamos viviendo durante toda la Historia. Ni una botella de agua, ni un paquete de comida, ni ropa... nada".
Discriminación
"Porque desde que llegó Colón y su religión aquí sólo funciona un cristianismo de Inquisición que nos margina", asegura. "Eso es lo que hemos heredado, así que se están quedando con todo. La ayuda sólo llega a los cristianos". El religioso continúa su queja: "Ayer [por el sábado] me reuní con todos los jefes de vudú del país y todos coincidieron en decirme lo mismo. No estamos recibiendo nada, continúa la discriminación histórica a la que nos vienen sometiendo desde hace siglos".
El papa del vudú echa gran parte de la culpa a las potencias europeas (se refiere a España y Francia) que "nunca aceptaron la independencia haitiana". Mientras habla un gigantesco rottweiler pasea plácidamente entre las sombras y el entrevistado, aportando aún más misterio a un lugar en el que también hay una gigantesca foto de Beauvoir el día de su entronación como líder vudú.
El vudú no reconocido como religión
Medio en serio, medio en broma, el sacerdote católico Gilles Dauroc, especialista del diario francés La Croix, señala que a falta de datos estadísticos fiables "en Haití se considera que hay un 80% de católicos, un 40% de protestantes y un 90% de practicantes del vudú, estas cifras hay que tomarlas más en serio de lo que parece".
A pesar de lo que dice Beauvoir, para el diccionario de la RAE el vudú no es una religión, sino "un cuerpo de creencias y prácticas religiosas que incluyen fetichismo, culto a las serpientes, sacrificios rituales y empleo del trance como medio de comunicación con sus deidades, procedente de África y corriente entre los negros de las Indias Occidentales y el sur de Estados Unidos".
Sin embargo, para Beauvoir "es la tradición de los haitianos, no sólo de los esclavos de África sino también de los indios que estaban en Haití", señala en perfecto español.
Un elemento de control político
Los conocedores de la vida haitiana destacan que el vudú ha sido un importante elemento de control político y social en Haití, y que no hubo líder alguno que no tirara de su poder, influencia y penetración para gobernar. Aún así, y a pesar de su arraigo, sólo a partir de 2003 los sacerdotes del vudú comenzaron a disfrutar en el país del primer reconocimiento oficial de su religión. Aquel fue el año en que el ex presidente Aristide les concedió autoridad para unir en matrimonio a la gente.
Pero el papa del vudú está también indignado porque estos días ha visto cientos de cuerpos sepultados en fosas comunes y cubiertos de cal de forma indigna. "El alma no muere, vivimos 16 veces. Ocho como hombre y ocho como mujer. La vida, esta vida, es para ganar conocimiento y purificación, por eso hacemos ceremonias bajo el agua, para limpiar. Esto es así porque el objetivo de la vida es ganar conocimiento. Después de ese proceso, todo el mundo sin excepción se integra en Dios y comienza una existencia para cuidar de las cosas vivas del Universo".
Así que, advierte, no está bien la forma en la que se está tratando a los muertos. No se pueden enterrar cientos de cuerpos en un mismo lugar, sucio y descuidado. "Nuestros ancestros no lo perdonarán", concluye.
El 'papa' del vudú recibe a ELMUNDO.es en su casa de Mariani, un laberinto de mangos y palmeras jalonado de esculturas de piedra y cuya pequeña plaza con gradas está lista para una ceremonia. Y lo hace indignado. Vestido de forma impecable, con un pantalón y una especie de guayabera blancos, explica su enfado: "Estamos muy contentos de ver a todos los extranjeros ayudándonos, pero después de 12 días los vuduístas no han visto un grano de arroz. Lo único que vemos son grandes aviones paseando por encima de nuestras casas. Ésta es una más de las discriminaciones que llevamos viviendo durante toda la Historia. Ni una botella de agua, ni un paquete de comida, ni ropa... nada".
Discriminación
"Porque desde que llegó Colón y su religión aquí sólo funciona un cristianismo de Inquisición que nos margina", asegura. "Eso es lo que hemos heredado, así que se están quedando con todo. La ayuda sólo llega a los cristianos". El religioso continúa su queja: "Ayer [por el sábado] me reuní con todos los jefes de vudú del país y todos coincidieron en decirme lo mismo. No estamos recibiendo nada, continúa la discriminación histórica a la que nos vienen sometiendo desde hace siglos".
El papa del vudú echa gran parte de la culpa a las potencias europeas (se refiere a España y Francia) que "nunca aceptaron la independencia haitiana". Mientras habla un gigantesco rottweiler pasea plácidamente entre las sombras y el entrevistado, aportando aún más misterio a un lugar en el que también hay una gigantesca foto de Beauvoir el día de su entronación como líder vudú.
El vudú no reconocido como religión
Medio en serio, medio en broma, el sacerdote católico Gilles Dauroc, especialista del diario francés La Croix, señala que a falta de datos estadísticos fiables "en Haití se considera que hay un 80% de católicos, un 40% de protestantes y un 90% de practicantes del vudú, estas cifras hay que tomarlas más en serio de lo que parece".
A pesar de lo que dice Beauvoir, para el diccionario de la RAE el vudú no es una religión, sino "un cuerpo de creencias y prácticas religiosas que incluyen fetichismo, culto a las serpientes, sacrificios rituales y empleo del trance como medio de comunicación con sus deidades, procedente de África y corriente entre los negros de las Indias Occidentales y el sur de Estados Unidos".
Sin embargo, para Beauvoir "es la tradición de los haitianos, no sólo de los esclavos de África sino también de los indios que estaban en Haití", señala en perfecto español.
Un elemento de control político
Los conocedores de la vida haitiana destacan que el vudú ha sido un importante elemento de control político y social en Haití, y que no hubo líder alguno que no tirara de su poder, influencia y penetración para gobernar. Aún así, y a pesar de su arraigo, sólo a partir de 2003 los sacerdotes del vudú comenzaron a disfrutar en el país del primer reconocimiento oficial de su religión. Aquel fue el año en que el ex presidente Aristide les concedió autoridad para unir en matrimonio a la gente.
Pero el papa del vudú está también indignado porque estos días ha visto cientos de cuerpos sepultados en fosas comunes y cubiertos de cal de forma indigna. "El alma no muere, vivimos 16 veces. Ocho como hombre y ocho como mujer. La vida, esta vida, es para ganar conocimiento y purificación, por eso hacemos ceremonias bajo el agua, para limpiar. Esto es así porque el objetivo de la vida es ganar conocimiento. Después de ese proceso, todo el mundo sin excepción se integra en Dios y comienza una existencia para cuidar de las cosas vivas del Universo".
Así que, advierte, no está bien la forma en la que se está tratando a los muertos. No se pueden enterrar cientos de cuerpos en un mismo lugar, sucio y descuidado. "Nuestros ancestros no lo perdonarán", concluye.
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