La parejita Beckham, Victoria y David, ha sido substituida por Megan Fox y Cristiano Ronaldo en la campaña de Armani. Este fin de contrato ha provocado una reacción dispar en ambos entes mediáticos, uno por exceso, y la otra por defecto, y han empezado el año con cambio de imagen. A él le ha dado por seguir pintándose ese cuerpazo con tatuajes de dudoso gusto y ha incorporado uno nuevo a su ombligo, el centro de su anatomía y su ego, que al menos a nivel epidérmico, aún se mantenía intacto. Al tiempo que él se ponía, ella se quitaba, y aparecía en unas fotografías publicadas por el británico Daily Mirror,sin su inflada y dañina delantera. O eran de quita y pon, o ha vuelto a pasar por el quirófano, esta vez para deshacerse de ellas. Tales fotos se publicaban aquí mismo hace unos días y me llamó la atención que en la misma página, justo debajo, pero en un recuadrito pequeño, probablemente por ser anónima la protagonista, se comentaba el triste desenlace de otro cambio de imagen. Los pechos que se quitó la Beckham habrían caído a través de la página por la mera fuerza gravitatoria y se habrían depositado en el torso de esta mujer sin nombre. Y con "triste resultado" no me refiero a que los pechos le hubieran quedado mal puestos tras la operación, todo lo contrario, al parecer tan contenta estaba ella con sus nuevos atributos que decidió mostrárselos a sus compañeras de oficina, sin contar con que ese inocente acto de exhibicionismo en horario laboral le costaría su puesto de trabajo. ...
LA VANGUARDIA .ES
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