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martes, 4 de mayo de 2010

Los nacionalistas de Escocia quieren ser como CiU en la nueva Cámara


El minoritario SNP se mira en el partido catalán y aspira a ganar influencia en los Comunes si no sale una mayoría absoluta
La posibilidad de un Parlamento sin mayoría absoluta ha alimentado las aspiraciones de los nacionalistas escoceses, que ven la oportunidad para obtener contrapartidas a cambio de ayudar a la gobernabilidad.
Contra su deseo juegan dos factores. Uno es el escaso número de sus diputados (en la actualidad tienen siete, que con los tres de los nacionalistas galeses sólo suman diez, en unos Comunes de 650 escaños). El otro es el ascenso que parecen estar registrando los conservadores, que pueden obtener una mayoría suficiente para intentar gobernar en solitario. En cualquier caso, los nacionalistas citan el caso de CiU como ejemplo a seguir.
Las propias expectativas electorales del independentista Partido Nacional Escocés (SNP) son pobres. Su líder y presidente del Ejecutivo autonómico, Alex Salmond, aseguró el año pasado que su formación pasaría de 7 a 20 diputados en Westminster (a Escocia le corresponden 59 escaños), meta que al comienzo de la campaña bajó a 12 y que las encuestas rebajan aún más.
El SNP no ha hecho de estas elecciones un plebiscito sobre sus deseos de independencia, como sí hizo con las autonómicas de 2007, en las que arrebató el Gobierno regional a los laboristas. El plan de un referéndum para este otoño está llamado a fracasar por la negativa de los demás partidos a aprobar la ley necesaria para su convocatoria.
Tiro por la culata
Si laboristas o liberal-demócratas necesitaran al SNP para reforzar el Gobierno británico, esas formaciones podrían verse obligadas a aceptar la celebración de la consulta. Los «tories» no pagarían ese precio.
Según Willie Bain, candidato laborista en la circunscripción del noreste de Glasgow, al SNP le ha salido el tiro por la culata. «Han estado pidiendo a la gente de fuera de Escocia que voten a los liberal-demócratas para impedir una mayoría absoluta laborista o conservadora, pero el auge de Nick Clegg se ha notado también aquí y les está quitando votos».
Bain fue elegido diputado en noviembre en sustitución de Michael Martin, «speaker» de los Comunes que tuvo que dimitir por haber obstruido la investigación sobre el escándalo de los gastos de los diputados. El SNP había estado en alza en las autonómicas de 2007 y había ganado un diputado extra en Westminster en otra «by-election». Pero el fracaso en Glasgow «demuestra que el ascenso del SNP ya está parado».
Para Bain, después de tantos años de dominio laborista en la región, hay algunos ciudadanos que «buscan una alternativa y aunque muchos no son independentistas han apoyado al SNP, pero ahora la opción de los liberal-demócratas les puede resultar más atractiva».
Esos dos partidos se han beneficiado de que los conservadores no sean tenidos por la mayoría de escoceses como alternativa a los laboristas. Ello se debe tanto a la orientación social más a la izquierda de buena parte de la población, como del recuerdo de ciertas políticas de la era Thatcher que dañaron duramente la reputación de los «tories» en el norte de la isla. En 2005 sólo obtuvieron un diputado.
Quizás ahora algo comience a cambiar. Ayer el ex jugador del Celtic y de la selección escocesa de fútbol Murdo MacLeod anunció su apoyo a los conservadores.
El SNP aspira a ser decisivo en Londres. Su candidato en el noreste de Glasgow, Billy McAllister, considera que una presencia crecida del SNP y del Plaid Cymru galés en los Comunes ayudaría a forzar «una mayor devolución de poder y respetar las decisiones propias de los escoceses y galeses», en el caso de un Parlamento sin mayoría absoluta. Pone el ejemplo de los nacionalistas en España. Cita a los vascos y sobre todo a los catalanes de CiU. «Quisiéramos hacer como ellos para lograr tocer el brazo del Gobierno», dice.
Déficit audiovisual
Alex Salmond se ha quejado de la cobertura de la campaña que han dado los medios, demasiado centrada en los tres principales candidatos y excluyendo a su partido de los debates televisados a tres. «De los catalanes me ha impresionado su dominio del mundo audiovisual -declaró no hace mucho-, el abanico de radios y televisiones en catalán que tienen. Es un campo en el que Cataluña ha avanzado mucho más que nosotros». Ahí también quiere seguir su ejemplo.

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