Una avalancha causa 30 muertos en una mezquita en Tombuctú "Rep. de Mali "Celebraban el Mulud, la fiesta del nacimiento del Profeta .

La fiesta del nacimiento del Profeta ha estado marcada por la tragedia este año en Malí". Habla al otro lado del teléfono Mamadou Diamutani, secretario general del Consejo Islámico de la República y una de sus principales autoridades religiosas.
Diamutani se desplazó con una misión del Consejo hasta la ciudad santa del norte del país, Tombuctú, tras la muerte de cerca de treinta personas y decenas de heridos –entre los que se contaban varias mujeres y niños- en la noche del jueves cuando conmemoraban el Mulud, una de las celebraciones más importantes para la comunidad musulmana.

"Murieron aplastados, tras una avalancha, en el momento en el que cumplían con las tradicionales vueltas alrededor del templo", relata Diamutani, quien viajó a Tombuctú para "orar por los muertos y sus familias, darles la bendición y organizar los funerales".

La avalancha se produjo en la mezquita de Djinguereber, actualmente en obras. Debido a las reformas, las calles que rodean al templo se han estrechado, lo que provocó un colapso en el edificio que desembocó en empujones y finalmente en la fatal avalancha.

Construida en 1327, es una de las más antiguas de la ciudad además de un reconocido centro de estudios islámicos en la República de Amadou Toumane Toure, quien también se desplazó junto con una delegación ministerial hasta el lugar de la tragedia para acompañar a las víctimas y conocer de primera mano la magnitud del accidente, según fuentes de la Presidencia.

En la mezquita, que puede acoger hasta a dos mil fieles, se congregaron para la conmemoración del Mulud cientos de personas llegadas desde distintos puntos de las otras dos regiones del norte, Gao y Kidal, para celebrar la fiesta en Tombuctú, apodada como la 'Ciudad de los 333 santos'.
Este es el segundo drama bajo un templo musulmán en pocos días, después de que el pasado fin de semana fallecieran cuarenta fieles en una mezquita de Meknes, en Marruecos, a causa del derrumbe de su minarete durante la oración del mediodía del viernes, la más importante para la comunidad musulmana.
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